Al hacer un análisis más profundo, detallamos que cuatro de cada diez mexicanos estarían dispuestos a comportarse de manera no ética con el objetivo de mejorar en su carrera profesional o su situación financiera personal.
Dentro de las acciones que podrían observarse se encuentran: proveer información falsa a la gerencia, ignorar conductas no éticas en sus equipos, y falsificar datos de clientes. Lo anterior, es una señal de alerta en la predisposición que tienen los colaboradores por incurrir en actos no éticos con el fin de buscar beneficios para los resultados de la empresa o beneficios personales como el avance de su carrera o una remuneración. Esta es una tendencia que vemos reflejada en todos los niveles, no solamente en los altos directivos.
En este sentido, se pueden identificar tres tipos de perfiles de los colaboradores de acuerdo con su interés en actuar de manera ilícita o no ética. En el primer grupo, se encuentran los colaboradores con principios, es decir, aquellos que no están dispuestos a actuar de forma no ética para su propio beneficio ni por petición de su superior. El segundo grupo, considera a los colaboradores potencialmente comprometidos, son aquellos que están dispuestos a actuar sin integridad por un beneficio propio o por petición de un superior. Finalmente, en el tercer grupo encontramos a los facilitadores potenciales, quienes dejarían de actuar con integridad para sí mismos, pero no porque se los pidiera alguien más.
Fuente:
https://www.forbes.com.mx/integridad-corporativa-retos-y-oportunidades-de-las-empresas-mexicanas/